miércoles, 23 de septiembre de 2015

Marcos Hernández López: Una gestión agotada y sin perspectivas…


Nicolás Maduro tiene en el poder central 2 años y 5 meses, encerrado en su propio laberinto, en los problemas que heredó de su predecesor, el difunto Hugo Chávez, y dentro de una dinámica del reacomodo de fuerzas a lo interno del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), el descenso de la producción petrolera, del desplome de los precios del crudo, de sus enfrentamientos con la oposición y de sus fricciones con otros mandatarios, dentro y fuera del país. De estos apremios existen otras problemáticas que la población venezolana sufre, el incremento de la inseguridad ciudadana, el colapso del aparato productivo, el deterioro de la infraestructura energética y los servicios públicos, se han sumado rebrotes de violencia política y de violaciones de derechos humanos, mayores restricciones del acceso a la información de interés público, la proliferación de arbitrariedades avaladas por las instituciones del Estado venezolano…
El presidente Maduro viene resumiendo sus dos años de gestión que en su opinión se caracteriza por una dura “batalla intensa y de dificultades provocadas por una derecha maltrecha, cada día más dividida, apagadita, siempre preparando planes para hacer daño a Venezuela”. Incluso, intelectuales Chavistas aseguran el presidente Nicolás ha logrado sobrevivir y crecer en circunstancias económicas y sociales desfavorables, tomando en cuenta la guerra económica, que se ha profundizado en su segundo año de gobierno, y las guarimbas intermitentes acompañadas de la cobertura de los medios de comunicación internacionales. No obstante, todos coinciden en señalar que la pérdida de popularidad del chavismo está vinculada directamente con el fallecimiento del presidente Chávez, situación que apunta a la derrota electoral el próximo 6D.
Según nuestros estudios de opinión, en octubre de 2012 el 46% se autodefinía como oficialista, hoy día solo el  21%, es decir se visualiza un descenso más de la mitad del capital político Chavista. La complejidad del problema está en que Maduro no ha podido desde entonces ni mejorar la problemática económica – social del país ni igualar y menos superar los niveles de popularidad de su comandante. Nuestras encuestas más recientes ubican la aprobación de la gestión de Maduro en un17, 7%. Los números rojos de la ineficiencia se han casi triplicado en este  gobierno, a dos años de gestión luego de cerrar el 2014, el último año del que se tienen datos oficiales, con una inflación del 70 % y la escasez que supera el 30 %, pero lo más grave Venezuela con  perspectivas de terminar el 2015 con una inflación que rondaría el 200%, y una contracción de la economía del 8%.
El desafío inmediato del chavismo es ganar la mayoría diputados nacionales, solo le queda convocar a un sector de los llamado “Ni-Ni”, bloque donde han ido a parar muchos revolucionarios que están sintiendo los efectos de la crisis económica y social. En estos dos años todo es complejo en la vida institucional del país. Retrocedemos en todos los aspectos. La democracia se ha convertido en apenas un cascarón vacío.
Inclusive, la profundización de la crisis ha llevado a una significativa mayoría de venezolanos a considerar el caso de alguna opción constitucional para que el presidente Maduro sea sustituido por los mecanismos que prevé el texto constitucional, en vista de la manifiesta inacción del gobierno para hacer frente a una crisis que está destruyendo la convivencia entre los venezolanos y los tiene agotados, haciendo colas permanentes para adquirir alimentos y productos básicos, como si este país no fuera petrolero y sin riquezas naturales…

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