martes, 4 de enero de 2011

La apuesta parlamentaria



Tres son las funciones propias de la Asamblea Nacional: legislar, realizar contraloría y "parlamentar" (plantear los diferentes puntos de vista y propuestas de todos los sectores del país).

Por ello, aun cuando la actuación apresurada de un Parlamento a punto de fenecer limitará considerablemente la acción de los diputados que se juramentarán mañana (con una Ley Habilitante por 18 meses y una reforma al Reglamento Interior y de Debates, entre otros cambios), sigue siendo mucha la labor que podrán hacer desde esa nueva palestra pública.

Así lo considera el politólogo y profesor universitario Ricardo Sucre, quien cree muy pesimista pensar que no hay nada que hacer. "Si con los 15 parlamentarios opositores muchas veces pusieron a la AN a correr, con 67 se podrá tener mucho mayor peso", sostuvo.

"Representar y diferenciarse" son las dos palabras con las que Sucre resume la labor opositora a partir de mañana. Sobre el primer punto, sostiene que los diputados unitarios deben "ser representantes de los sectores del país que los eligieron y llevar esa voz al Parlamento", mientras que al referirse a la diferenciación hace énfasis en la importancia de que la bancada unitaria presente propuestas en su carácter de integrante con todos los derechos de la AN, pese a que se sepa que la fracción pesuvista impida la discusión de dichos proyectos.

Al respecto, recuerda que la campaña electoral de la MUD incluyó algunas de estas propuestas, como las leyes en materia de seguridad social, desarme y primer empleo, que buscarían "construir una visión de país a través de la iniciativa legislativa".

Agrega Sucre que de la labor parlamentaria tampoco deberían excluirse aquellos temas sobre los que se le entregó una Ley Habilitante al presidente Chávez.

"Hay que esperar la interpretación de los estudiosos, pero no creo que la Habilitante impida que los diputados tengan la iniciativa sobre los ámbitos que le dieron al Presidente", comenta.

MÁS CONTROL QUE LEGISLACIÓN
El también politólogo Edgard Gutiérrez es más pesimista que Sucre respecto a las posibilidades parlamentarias, pues insiste en lo difícil que será legislar con solamente 67 diputados "a menos que haya un deslave del chavismo hacia la oposición, pero para eso tuvo que haber ocurrido hechos políticos más trascendentes".

Sin embargo, sí cree que "hay mucha cancha y posibilidad de acción" en la función contralora del Parlamento. Al respecto, considera útil que los diputados unitarios planteen y den a conocer muchos casos de corrupción para que sean investigados y sugiere crear una "plataforma de transparencia" para compilar y hacerles seguimiento.

Por último, alerta sobre el interés que tiene el Gobierno de impedir que la población conozca de los debates en la próxima Asamblea Nacional, recortando el tiempo de intervención, impidiendo el acceso de medios no oficiales a las sesiones, etc.

Sin embargo, coincide con Sucre en que los diputados opositores deberán mostrar una visión de país contrastante, así sea para efectos de comunicación política.

EL DILEMA DE RECOLECTAR FIRMAS
La labor atropellada del Parlamento durante el mes de diciembre dio lugar a una serie de leyes que, según denunciaron dirigentes y miembros de oposición, violentaban la decisión popular tomada en hechos electorales como el referendo contra la reforma y los comicios regionales y parlamentarios de 2008 y 2010 respectivamente.

Ante esta situación no sería descartable buscar la manera de abrogar las leyes aprobadas en diciembre a través de mecanismos como el referendo. Sucre, sin embargo, no ve esta posibilidad como una primera opción.

"Puedes abrogarlas, pero puedes hacer otras cosas: solicitar revisiones a la ley, por ejemplo, o llevar a los sectores afectados por esas leyes a la AN para que den su opinión", explica.

Gutiérrez, por su parte, se muestra a favor de recuperar una práctica a la que en el sector opositor se le tuvo miedo durante algún tiempo: la recolección de firmas.

A través de ese mecanismo, según el experto, pueden hacerse muchas cosas, desde promover leyes o abrogatorios a leyes, enmendar o reformar la Constitución e, incluso, convocar a una Constituyente.

Él mismo admite que se trata de caminos difíciles, pero no descartables, más aún cuando, según asegura, existen estudios de opinión que demuestran que el ciudadano venezolano es cada vez más propenso a sumarse a estas iniciativas populares.

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