Andrés Velásquez desestima respuestas de El Aissami

La teoría de Andrés Velásquez es sencilla: realidad y discurso chavista no tienen ningún tipo de afinidad. Las interpelaciones a los ministros del gabinete ejecutivo por parte de los diputados de la Asamblea Nacional el martes pasado, la sustentan totalmente. El tema sobre el cual versó la mayor parte de esa sesión, la inseguridad, es el complemento perfecto para probarlo.

“Los organismos nacionales e internacionales, así como el Cicpc (Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas), deben admitir esto que está pasando y que nos está afectando a todos en el país. Yo agregaría algo más: el ministro (Tareck El Aissami) reivindicaba como una cosa buena que Venezuela estuviera en el margen de 48 homicidios por cada 100 mil habitantes. Eso debería darle pena”, sentenció.

Reprobable. No hay, para el diputado por el estado Bolívar y ex gobernador, otro calificativo para los resultados presentados por el ministro del Interior y Justicia.

Venezuela casi a la cabeza

Para Velásquez, la realidad es diferente, y la cifra anunciada por El Aissami en relación con los homicidios perpetrados (13 mil 894 en 2010), dejan a Venezuela entre los países más violentos, no sólo de Latinoamérica, sino del mundo.

“Se está tratando de reivindicar esas cifras, cuando estamos en el tercer lugar de los países con mayor índice de criminalidad en el mundo. Lo que pasó ayer (martes en la AN) no me gustó, porque más allá de lo que dijo el ministro para hacernos creer que las cosas están bien y de nuestros reclamos políticos, lo que se aspira es que salgan acuerdos compartidos de carácter nacional para luchar contra la violencia”, considera.

Un plan de desarme, otro para atención a las víctimas y familiares de la violencia y un tercero de previsibilidad, son algunos de los planteamientos que, según Velásquez, serán presentados por la oposición como alternativa. Más allá de las diferencias políticas, manifiesta, espera que el oficialismo las apoye. El fin, después de todo, es el bienestar ciudadano.